A 34 kilómetros al sur de Talca, la Ciudad de Villa Alegre acogió en su territorio a una amable y cálida mujer, de figura delicada y rostro apacible.
Durante sus primeros años, creció junto al ecuestre paisaje de la zona y una numerosa familia: Los Mercado Hormazabal se adentraban en las cercanías de la ciudad, bajo un sendero rodeado de arboledas, pastizales y humedales.
Una vieja casona de adobe, acogía a todos los que deseaban entrar en ella, las distinciones no existían y un ambiente amigable favorecía el deseo de querer volver. Grandes matorrales de maíz y prominentes tallos de maravillas con sus preciosas cabezuelas de vino anaranjado, armonizaban el entorno junto al soneto de los gallos y perdigueros que anunciaban la llegada de algún comensal.
Un padre dadivoso y laborioso y una madre empeñada y abnegada, fueron construyendo un carisma indulgente, virtuoso y afable.
La adolescencia fue rauda e impetuosa, pero tu infancia fue un estribo de alegría y remembranza en el que fuiste una querida hija, hermana y sobrina.
Se acercaban las 2 décadas cuando el enlace marital, dejó atrás tu vida adolescente para convertirte en esposa y próximamente en madre. Y así de pronto habías empezado a construir: Tu Propia familia.
"La familia es donde comienza la vida y el amor nunca termina".
En el andar afloraba el esfuerzo y sacrificio por sostener un rol desconocido hasta entonces, dejando huellas indelebles que sellaron el destino de las que hoy son tus hijas. Una nueva razón que entregaba a tu vida un amor sincero, profundo y honesto.
Tus manos acogían con sutileza el rostro de un ser prematuro, un caricia sensible ante una mirada que aclamaba por reciprocidad. Una pequeña en capullo cerrado que no se dejaba ver, creció reconfortada bajo el entorno amigable e irrebatible construido por su madre.
Gracias por aquello!.
"Tus brazos siempre estuvieron abiertos cuando necesitaba un abrazo. Tu corazón entendía cuando necesitaba una amiga. Tus dulces ojos eran severos cuando necesitaba una lección. Tu fuerza y amor me han guiado y me han dado alas". (Maria Bleain)
La virtud de tu alma, la gracia de una generosidad inconmensurable y tu afecto legitimo, parecen incalculables. No existe desgaste, abandono ni hastio, pareciera que comprendes que tu ser se ha convertido en una herramienta necesaria para quienes desprenden de ti.
Abres tu alma con ligereza y confianza, tocas a las personas dejando una estela distintiva en una sociedad cada vez más personalista, frívola e irreal, emergiendo como una flor delicada, simple y bella en su espiritualidad y corporalidad.
Aunque los caminos tengan baches, siempre poseerás lo que con tus manos construiste: Una familia con 3 capullos...el más valioso de los vínculos, fruto de tu concepción y consecuencia de aquellas que respetan y valoran tu existencia, vociferando desde lo más profundo "lo mucho que te necesitaremos toda la vida".
"Las madres toman las manos de sus hijos por un tiempo, pero sus corazones para siempre".
